Estatua de La Libertad y Ellis Island

Por la mañana tomamos el metro, como ya nos lo conociamos bien fue sencillo escoger la linea que nos llevaria lo mas cerca posible de la salida del Ferry en el que nos dirigiriamos en primer lugar a Liberty Island y posteriormente a Ellis Island. El metro nos dejó en la estación South Ferry.Desde allí tuvimos que andar una corta distancia, un bonito paseo en el que nos encontramos algunos animalitos que animaron el camino,encontramos un pavo y una ardilla muy simpaticos que vereis en las fotos.El cielo estaba amenazador, hacia mucho viento y frio, cuando entramos en el barco comenzo a llover asi que lamentablemente las fotos no son muy buenas,según nos alejabamos de la costa las vistas de Manhattan eran mas y mas hermosas,seguro que os resultaran conocidas ya que es una muy típica imagen de muchas series de televisión o peliculas que se desarrollan en Manhattan; muy a lo lejos intuiamos la estatua de la libertad, a mi me hacia especial ilusión verla ya que parece que si no la ves no estas en New York,el barco llego a Liberty Island y la estatua se hizo grandiosa al igual que mi ilusión al verme allí, el viento ,la lluvia y el frío nos hicieron entrar nada mas llegar a tomar algo caliente y asi disfrutamos de un sandwich y un café antes de volver a enfrentarnos a un tremendo frío,dimos un paseo rápido para poder sacar alguna foto y ver la estatua de la libertad lo mas cerca posible,en otras condiciones climaticas nuestro paseo seguro hubiera sido mucho mas gratificante.
Tras esperar la cola correspondiente entramos de regreso al barco, estabamos tan empapados que tuvimos dudas,no sabiamos si bajarnos en Ellis Island o volvernos a New York llegar al hotel y cambiarnos de ropa, al final decidimos bajar en la isla y la verdad no nos arrepentimos.
Ellis Island nos encantó,tomamos una audioguia que nos fue explicando la historia de dicha isla, la verdad es que es tan interesante que nos olvidamos del frio, además toda la visita era interior afortunadamente.
La isla sirvio durante mucho tiempo como una especie de aduana donde llegaban los inmigrantes, antes de poder entrar a EEUU pasaban por un proceso, se les hacian examenes medicos,psicologicos,culturales y se les exigian ciertos requisitos, solo aquellos que cumplian todos eran admitidos, durante la visita la autoguia nos iba dirigiendo por todos los recintos por los que pasaban los inmigrantes y nos contaba la historia apasionante de estas personas, algo que nos impactó mucho fué la pared de las habitaciones llenas de fotos reales de aquella gente en cuyos ojos s se veian la ilusión, los sueños o a veces todo lo contrario, la tristeza y la decepción de no conseguir sus objetivos, en los examenes medicos cuando detectaban alguna enfermedad los dejaban allí en una especie de hospital que había en la misma isla, los que mejoraban seguian el resto del procedimiento de admisión y una vez recuperados eran admitidos en Estados Unidos, otros eran deportados y algunos incluso fallecian allí.
La verdad es que la visita resultó muy emocionante.Volvimos a hacer cola para tomar el barco de regreso a New York y desde allí nos volvimos en metro al hotel, queriamos descansar un rato y despues cambiarnos ya que por la noche nos ibamos a ver el musical Chicago.
El espectaculo comenzaba a las ocho de la tarde pero a eso de las seis y media ya estabamos paseando por la zona ya que siempre es un placer disfrutar de las calles de New York, aprovechamos para ver tiendas y tomar un café en starbucks.
Que os puedo contar de Chicago, la verdad es que la música, la coreografía y los protagonistas fueron sencillamente perfectos, disfrutamos mucho de la velada y de camino de regreso al hotel comentabamos lo maravillosos que son los artistas aquí en Broadway, lo cierto es que nos encantó y que no nos hubiera importado repetir espectaculo al dia siguiente.